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i85 tarla , é inspira tos mayores estucrzos e11 ~u. fuga. El es el p rincipio de la gracia , o el medi~ p ara b j ustificacion de un alma : Y ~l para obtener es– ta le h ace abominar la arrogancia , y In soberbia, los deprab:idos caminos de la iniquidad, y la bo– ea bilingue , 6 toda lengua dolosa , que simu– lando amistad, no escusa la detraccion. (a) E sto ~ decirnos , que el temeroso de Dios mira con hor– ror los pecados interiores , 6 del corazon , y los exteriores , 6 manifiestos. 1 . Si yo os hiciese ver, que la Señora I nfan– ta no dió entrada en su interior a la arrogancia, ni a la soberbia , no dudaréis entonces asegurar conmigo, que su alma estuvo poseída del santo te– mor de Dios. L a arrogancia , aquel feo vicio ton que se hace abominable para el Sefior , el que se halla de él revestido , (b) por el mal uso que ha– ce de los bienes de naturaleza, y de gracia con in·uria de su liberal dispensador , a quitn niega la jo•t..1, y humilde gratitud , atrib11yendosc a sí todo aqud bien, como si le fuese debido , 6 lo hu vie– se por sus propias fuerzas grangeado ; (e) y por. que suele mirar con desprecio a los demás, tenien– dolos por menos, estuvo distantisima dd ~ano, y ser e· llo corazon de su Alteza. La amúbilidad , la d u,zura, y la benebolencia de su tr;.to, aún para el menor de quantos lograron el honor de servirla, y b sarisfaccion de alguna vez hablarle, son pruebas n:-da eql,i~ocas de esta verdad. .Cien notorio es, qt e su trato , y su manejo con las Señoras de sn ser~ vidun.bre, mas parecía de hermana, ó de c:on pa- ííc- ---'-----------------------