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~2 hemos perdido! ¡ y · ay ae nosotros, por lo que e11 conseqücncia de esto a todos nos amenaza! i Vae nobis ! Pero oidme yá otros motivos mas poderosos, asi de nuestro pesar, como de temor en la SEGUNDA PARTE. rr Odas las gentes en la sucesion prolongada de sus generaciones, pronunciarán por h série dilata– -da de los siglos , la grandeza del poder de Dios, y lo terrible de sus obras, dice David, (a) 6 como leyó el P. S. Agustin, la actividad, 6 virtud de sus temí bles castigos. Virwtem terribilimn ( mett1et1dort11n) tr1or11m dice11t. (b) ¿ Por qué quien podrá no cono– cer , que el fuego, la nieve , el ) elo, la lluvia in,petuosa, y el recio vi.ento de las tempestades obe– decen á su Criador, (e) quando les manda nos afü– .xan ? ¿ Qué aquellos siete Angeles, que tienen en ~us n :.110s otras tautas rcdom.. s 11..:!'as de la ira de la d1..,in.1 in<lign:icion, en igl·al nu111ero d.; plagas, que ari tt:ccck1an .il t:niversal juicio , están pendien– tes de su precepto para dcrr.imarhs sobre noso– tros? (d) ¿ Y qué una sola mirada l.uya es bastan– te par~ h2cer temblar toda h tierra? R.s;-icit terram, et fact eam tremere. (e) TerriLle es el Seiior en sus obras ; pero no lo e~ n.tn< .,s en sus Jllic.ios ; pues estos ~on . t~nt'?s m~s temibl~s , qu~1 to ~on por su proiund1d.,d 111\'cs11gaLic:s. S1 pron ·te al vis– to larga '\/ida, COIJ10 en premio de la exacta ob- ser- ------------------- p 1 6 b S. August.in l sJI. 14-1 n 1¡ n •· 1 • 14 •·· Pl ,...• 148.8. tl .i\poc.tl.1;.1, , sa.103.3l.