BCCSEV000XVIII-c-1369-090000

60 tea limitada capacid:id para compreenderfa , ni me• 110s p ,:-J. exphcz:rb. Por eso ciñeadome :i lo qne os dcito yJ. prop.1esto d.! las dus exteriores c1rcuns– t Jnci~s de la te,nprtrn:.i, y acelerada maerte de los Seí.or¿s liifantes , en que se nos preseot:i la pro– f.ind1d..d de los juicios de D ios, solo intento, que esta m1sm..1 l.i admireis en la qll.! a todos nos es– pera, y en sus dos notables ciccuostanci:is de su manifiesta incerticbmbre , y de su indubit:iblc itifa– libili,fact. I. ¿ Por qué pensamos , que nuestro aroabilis~– mo Redentor J esucristo con tanta repeticion de preceptos , con tanta diversidad de súnilcs, y con w ta v:iriedad de oportunísimas misteriosas parabo– Jas nos cxórta a e~t:ír si..-mpre preparados para mo– rir ~ ¿Por qué, sinó para que hechos cargo de la incertidnmbre de su hora, procurémos estar en to– ~fas tan prevenidos como el que por instantes la ..aguarda? Et -vos similcs bominib:,s e:cpecta11tib:1s Do– mi,mm s:1!1111, q!1ando re-,·ertatur tÍ m1ptiis, 11t, cum ve– ·mrit, etfmlsaverit, co1~frstim aperfrmt d . (a) Por justo j1..iciu d\! Dios vi,·imos tod•>s inc.:i<!rtos del qmmdo ser.i nuestra muerte , y del tn(Jdo > con 4.ue mori- 1émos. 1. Nadie ignora, que el dia del universal juicio 110s es a todos tan oculto , que ni aún a sns An– geles en el_ Cielo , ni á sus Aposto,es en la tier- 1'3 ha querido el Seiior mani'.'e:.tar!o. (b) Esto, que de aquella su pública, solei.nne , y mngesruosa ve– llida se nos asegura , debernos en ternJ..i...,os mui pa– iecidos conce¡)tuarlo de la que hara secreta, parti- cu-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz