BCCSEV000XVIII-c-1369-090000

5 ~ tierno Iufante Carlos Josef Antonio no le snfraga el , ~rlo de un Infante de E spaña, amado del R ey s11 Padre , y de su Co rte toda ? Fué suficiente el clamor universal del E xército, p ara que Saúl no cxe– cut3se l a ECntencia de m11erte dada contra Jonatás su hijo; (a) ~y nuestros r uegos, y forvien tes o racio– nes no lo han sido , para que esta mortal dolencia ¡e r ciirase, sin llevarnos al amable , y pred1kcto I n – fante D. G.1briel? ¿Q ué pensais de todo esto~ ¿Qué os p::ircce de este tan lastunoso como singular su– ceso? La simultanea , y acelerada muerte de estos Señores con lo idJntico , y maligno de su enferme– dad, ¿ no se os propone yá como u no de aquellos secretos d~ l.1 d iviua I\1.1 5 cstad , en q ne atín :il me– nos reflexivo se le objet.1 , quan venerables son sus juicios , y quan re1notos por su profundiuad de nuestro conocimiento ? ¿ No veis como ellos han convertido en llanto nne~ tra música, y mudJdo en teatro de tri::teza , y de pesar el que antes nos era de gusto, y d~ placer? Si. Versus est in l!,ctwn cho– rus 111Hter. ¿ \lo r,.;parais en el modo, con q11e Dios no& habb por estos fracasos , tanto m 1s notables, quanto son mJnos frecuentes? ¿ No estais yá 110 .. tando, que estos sus juicios nos llaman la atencioo y executan nuestra piedad, p:ua que, sin investigar: los, meditemos un poco sobre ellos , a ti.u de que pasemos de la admiracion al frllto , y del religioso asombro a la constante práctica dt? los altos senti.– rnientos, que ellos no, inspiran '? ¡ Ay de nosotros, hermanos mi<ts, ay d~ nosotros si en materia tan interesante llegase a tanto nuest1·a indolencia , que ni

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz