BCCSEV000XVIII-c-1369-090000
5'3 lio ! y Tirino opina poder enteuderse d~ los tres ultimos Principes de los Asmonéos, Hircano , Ale– xandro , y Antigono. Esto me basta para que no se juzgue violento el acomodar á nuestro caso la letra de esta profecia , aún sin tocar en su literal, ni mística inteligencia , de que hablan los yá ci– tados E xpositores. De este triste catástrofe nos ofreció la Francia otro mui parecido el año doce de este siglo , en la muerte del mni alto , mui poderoso, y muí exce– lente Príncipe Monseñor Luis D elfin , hermano del R.ei nuestro Señor F elipe V. , de la mui alta, mui poderosa , y mui excelente Princesa Maria Adelaide de Sabolla , su E sposa , y de su hijo pri.. mogenito : pero en nuestro caso es tanto mayor la uusa de nuestro sentimiento, quanto lo es la cir– cunstancia de haver este sucedido en el b revísimo espacio de solas tres semanas , y un dia. El consi– derarlas como acontecidas todas estas en Domin– go, me d aría lugar á que dix.ese , que fueron en un mismo dia , si para ello quisiese valerme de la sabia inteligencia , y bien fuudada explicacion, que dán algunos sagrados intérpretes al texto que acabo de referir ; y en este sentido , y no en otro os podóa decir como yá pasado , lo que por medio de un siervo suyo predixo Dios al Sacerdote Heli de la muerte de sns hijos , que en un propio dia llegarian á padecerla : in clie uno morientt1r ambo. (a) Pero me basta el proponerlas todas juntas para ex– citar vuestra compasion , y renovar vuestro que– branto. Sí, que esta continuacion no interrumpida de a Reg. !l. H•
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz