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49 quando ~e ha116 sorprendida con la no esperada nove– d ad de h averse accidentado nuestro Serenisimo h er– mano , y Seiíor, con la p ropria enfermedad que su Serenísima E sposa, y defunto hijo. L lenose nueva– mente de sustos el P alacio , de sobresaltó la Real familia , y todos nosotros de la mayor consterna– cion, lnego que se nos comunicó t an fa tal noticia. Acrecent:ironse sobre manera nuestros rezelos, al sa– ber, que en el dia diez y o cho se juzgó necesario ad– ministrarle el Sacratisimo Vi:itico ; y lo que hasta en– tonces nos havian propuesto de trágico nuest ros te– mores con no infundadas sospechas , aunqlle asocia– das de al;una remota esperanza , se nos hizo evi– d ente el Domingo veinte y tres con su pronto falle– cimiento. ¿ No estais ya notando , Señores , de la su~ erte con que el azibar de estos pesares ha llenado de amargura la ambrosía de esotros gustos ? ¿ Qué mas ? Aun la muerte de nuestro C atolico, y pia– dosisimo Monarca , que santa gloria goze, ha tenido la propria notable circunstancia de acelcrad.'.l, y pron– ta. D exadmelo decir con las mismas voces que el in.. signe músico, y Santo Profeta Asaph en el salmo setenta y dos. Fenecieron de inproviso : su vida, su felicidad , y toda su temporal grandeza ha sido tan d e pronto aniquilada en la ciudad grande de este n 11ndo , como se olvida el que van.'.lmente ha so– ñado, qunndo despierta de su sueño: Subito ó,efece– runt : : : i·eltit somnium surgentitlm , Domine , in civita– te t:m imaginem ipsorum ad nihilum rediges. (a) Pe ro ¡ ó juicios de Dios profündisimos, y ve~ nerables ! ¡Que asi acaben los malos y pecadores, aquellos , que por sus excesos , é iniquidades sou G mere-

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