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4'8 de los justos, tomo sucedió al Rei J erof;oan, Y ta R e'i– n a sn muger, en la mortal enfermedad de su peque– ñuelo hijo Abía, sobre cuyo pelig ro consultaron nl Sunto Profeta Ahías, anciosos de su salud: ( a) ni la religiosidad en el uso de los medios mas cristianos, Y p iadosos, por defecto de los quales el Emperador Va– l ~nte huvo de lJorar la muerte del Principe su unige• nito. La de nuestro Infante Carlos foé tan pronta, que apenas vió la comun lnz de los mortales, quando le preocuparon las densas tinieblas de aquella noche, de~pnes de la qual esperaba el Santo J ob la hermosa claridad de aquel dichoso dia, que carecerá de som– bras para siempre. (b) Y.í en esta parte es igual su suerte a la de los desgraciados abortivos, q ue pere– cen sin haberse sabido su existencia ; y a la de los R eyes, y grandes Príncipes del mundo, cuya gran– den, y magest.:.d se mira yá reducida ti las obscuras lobregucscs de un sepulcro: cwn regibuJ, et constuib"s terrae, qui aedificant sibi solit!ldines. (e) Alli se halla asociado de los grandes, y pequeños, de los jóvenes, y ancianos, porque ese, y no otro es el paradero de los ~e¡:,)r,;.s, y esclavos, de lns rol>L1~to,, y déviles, y de los pobres, y hacendados: Paruus 1 et magm,s ibi S!,1,i, et Sc.r'V!IS libcr a domino StlO. (d) 2 Ignal á la qlle acabais de oirmc ha sido la acclcracion conqt,e nos cortó la parca el hilo de oro de la importante vida del Scííor Infante Don Gabriel. No b1tn ha,i.'.l concluido mh.:stra Corte la jmta ce~ Jebrid..d del cumple aiios dd Pn. cipe nnestro Se– iíM ):Í m1estro Augusto Monarc.i, que Dios pros. pét·; muchos aiios , en el dia trece de Noviembre, quan- 1 ~ 1 ,l, 1 ,:i. b .loh. 1; .11. " 1, -~;• T J lb'J i b , , d 1 cm. 1 • v. 19. e .. u .,.1.,.