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'"37 bondad de los l'rutos dan , conocer la fertilidad, y la bondad del arbol que los produce. (a) Arbol racional es el hombre; pero será tronco inútil, si careciere de los frutos que debe producirnos , con– forme á los fines para que Dios lo ha criado. D os son las substancias de que éste precio5o arbol se compone; una espiritual , que es el alma ; otra ma– terial, qne es el cuerpo. A éste pertenece todo aque. llo que conduce a la conservacion de su especie, y a aquella lo que para su eterna felicidad le es nei;:esario , q11e es el exercicio de las buenas obras. El Santo Matrimonio, que elevó nuestro Señor J e– sucristo á la virtud , y dignidad de Sacramento, lo dispuso Dios , y lo tiene la naturaleza estable– cido para la propagaciou del genero humano , pa– ra la sucesion de las familias , y para la conser– vacion , y buen orden del Universo. La fecundi– dad de los rasados, que es uno de los apreciables bienes de este venerable Sacramento , y el fruto de bendicion , con que suele el Todopoderoso prosperados , se ha mirado siempre como un efec- to de su benignidad para con ellos , y de su ado– rable providencia para con el mundo todo. Un so~ lo hijo es mui bastante para prosperar por dilata– dos af,0s á una familia ; para hacer felices a mu– chos Pueblos , y para fecundar de btenes a nna Nacion _en l_os espacios de muchos siglos. La Sa• grada h1stor1a nos lo hace ver co11 evidencia en los Santos l sa;;c, Tobias, y Samuél, y en las S:i itas Judittms, Esteres, y Maúas. Por el contrario la esterilidad , que aun en los vegetables es nial vis.- ta, " Luc. 6, it•
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