BCCSEV000XVIII-c-1369-090000

~o alegrias , y que ha caido á tierra, Y reducidose á ceniza, como 13 estatua d.:! Nabuco, la corona de n uestra cabeza , nue~tros hermonos m:iyor~s los Serenísimos Señores Ji.fontes , drxemos de excla– mar ocupados del sentimiento por su falta , y po– seídos del justo temor que ella nos comunica , con el ¡ Ay de nosotros! que el S:i_nto J ercmbs en la mina de su P ueblo. Est,i expr.?,1o n bm.:?ntable nnas veces es causada del dolor de alg u n infort\lnio su– cedido, como en Josué, qn~aJo vió derrotado su excrcito por los de la ciudad de H.. í: (n) en el Profeta Ezequiel por el atróz castigo de J e– rnsalen : (b) y en el S3nto Matatías por la ruina y profanacion de su Pueblo: (e) Otras lo es d~ algun mal que nos amenaza; como lo fué en J ep~ te uno de los J nezes de Israel, por la violent:i muer– te, 911~ ha, i:i de padecer su amada hija Saila: (d) en los F1l1steos , qnando oye1on las festivas aclamacio– nes , conque recibieron los Israelitas a el Arca San– ta en sus reales ; (e) y en la prudente Thecuitis quando representó a David en p:ir:ibola la desgra~ cia q\:e ~e ttmia, (f J y en otr~s es efecto de lo uno y de lo otro , como quien del yá pasado mot· ' íl . . . Ó lVO de su a 1cc1on conJetura , se teme del que haya despues de st,cederle. Esto es lo que en el t pt;csto lamentaba Jcremia~· esto de lo qtl ema pro~ . -, e nuestro Rede1.tor quena se lamentasen las d q ue lloraban su Pasion; Y esto d~ loeqvotas mlugeres , e ne en a oca- sioo presente debemos nosotros lam<:ntJruos, para que sea nuestro lamento provechoso.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz