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1 , ?. i Sí? pues :mojemonos ~ rus pies a impforar su miseri -ordia , puesto que le es tan acepto el sacri– ficio d.:! un alma arrepentida, y que no desprecia– rá jamas al corazon contrito, y humillado. (a) . 'l. Dios bueno , Dios justo, Dios Santo, J esus mio amabilisimo, vuestra benignidad me trae, vues– tra clemencia me dá aliento, y vuestra bondad me obliga á que postrado á vuestros santisimos pies os pida el perdon de mis culpas , y la misericordia que desmerecí con ellas. E sa bondad , Señor , esa bondad con que merecie11do yo vuestras iras , ha– v iendo provocado contra mí tu indignacion , y da– do tantas veces motivo para que me arrojeis a los abismos, no lo haveis executado, esa, esa es la qne me dexa sin aliento para otra cosa, que para llorar amargamente mi desmedida ingratitud. 1 O bondad infinita de mi Dios' ¿ Por qué, Salvador mio, por– qué quanto mas pecaba, mas me favorecias ? ¿quan– w mas dcspreci~b1 tus avisos , mas voces me da– bas 1 ¿ y qnanto mas huía de ú, mas solicitabas mi remcd: 0? ¿ Qué visteis , amor mio , qué esperabais de ll'Í ? ~ Qué o~ pro1nt:tiais de c,1e vil gusano de liL uer ll, d <.::stc infame esclavo de sus pa~iones, y de este hoHible monstruo de iniquidad ? ¿ Qué ga. nab is en salvarme? ¿ Qué perdíais en qt1e ) o me condenase'? ¿Por qné tanto err:!)f'iío en convemr– rne? ¿ No viste mi rt:heldia? ¿ No mirabas mi '"Jbs– tinacion f ¿ Pm•s por qué t~ nta 1 e nd..d con quien no la rnerecia ? ¿ Ta1 ta mi~erirnrdia con quien asi la rle~prec111ba? Has condenado a mulios por un so-