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l 9 1 y estas los afectos con que el alm:i santa se dis– pone , y llega a b perfeccion mas alta, y al ínti– mo trato con su Dios , simbolizados en bs dos pner– t:is de olivo, que havia en el Templo para entrar al S:1rt11a1 io , en l os dos brazos del mint no-o tro– no de Salomón , y en los dos Angeles, que se re– presentaron a la S:inta Magdalena en el Sep11lcro. T ema pues el justo, porque incierto de su perse– verancia, y s:.bC:dor de su fragilidad debe vivir te– meroso de su caída; (a) pe ro espere en la bond~d de Dios , que le tiene prometido , '}ue quanclo co– mo fr•. ,gil ca}ere, lo rec1bira en sus manos , porque no acabe de perderse; (b) y pidale siempre con D vid, que si flaqueare su virtud, no p0r e~o lo desampare. (e) Tema el pecador, po1que ha pt esto el S.:ñor mui distante de él su salud, y su dicho– sa Sl'crtc ; 1 .t' pero c •perc, y vi\"., confiado de qnc en la hora misma que se arrepintiere de ~u yerro, quedarán sus iniqnidades oh 1dadas. (e) Tcm:-mos to 1 1•, en fin, porque ignor..mos si estaremos cc,m– ptlt dos entre los hijos de Dios , y nuestro deHino será entre sus Santos; pero arnemosle de corazon, y pong-mos ... n ~¡ 1 111:stra e~peranza, seguros que comu ju~to 110s preservaia de la ruina, para que no ~camos eterna , ente co, fnndidos. (f) 1 Ah! íqué bueno es el Seüor para los que en é e<pcran • y p ira el alma que de verdad le bmca' Bom,~ est Do– mf¡¡:1s sperantibus in emn, a11i mae quaerellti illtu,1. (g) Ps~lm,70,9. p.~,. 30,'l, ¿Sd

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