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182- ,, qoe ni debes hacer lo que le desagrada , ni m~4 ,, nos pensar, que los pecadores le son necesarios ,, para co! a alguna. Dios hizo al hombre, es ver- " dad, pero desde luego le dió voluntad libre : le ,, señaló leyes , le impuso preceptos , le propuso ,, premios , -y castigos; estos , -por sin6 le obed~ ,, ciese, y aquellos p3ra si de verdad le amase, de.. ,, xando a su eleccion el indinarse al uno, ú al .,, otro de estos dos extremos tan encontrados." (a) No, hermanos mios, no nos abandonemos a lo que yá tiene Dios determinado de cada nno de .nosotros; porque este es un sofisma, con que quieren no po– cos hombres viciosos eludir los preceptos de Dios, y exórtaciones de sus Ministros, que les persuaden la enmienda de sn mala vida > -y la necesaria peni– tencia de sns culpas, cJmo lo confirma el caso que refiere San Agustin, sncedido en sus dias, y en su propio Monasterio, de aqnel mal Monge, que con este argumento reb.1tia qc1a,n:is "Correcciones se le da. ban para su eumicnda, y -al fin apostató; (b) el mis– mo de que no rara vez se vale nuestro comun ene– migo para engañar a m'lch-is ª!mas nimiamente ti~ midas, y pn,.ilao;mcs, qne amilanadas con la apa– rente d.ti t~ltad , y ab11ltado error que les represen. ta en seguJr , 6 emprender el árduo , y estrecho ca~ mino de la virtnd, les obliga a retroceder , y a que– darse en una culpable inaccion, sin poner en uso el talento que para n erecer su ~wlv;ic¡f"'n }e!: ha si– do confüdo. Pudiera deciros algo de Jo mud10 qt1e para desvanecer este siniestro modo de pensar nos ·han e &:cli.rs.iv.11, b S.August. Jc,DonoPer, evcrcap.ao. num.38,

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