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I 81 ca ?i procurar nuestra espiritual, y eterna salud co1i temor, y c o11 tremor. Sabemos, amado pueblo mio h . , que ¡ 1 nosotros nos a escogido e l Seüor entre to, das las Naciones del Universo para santiiicamos eo su fé, y con la g racia de los Santos Sncralllentos· . . , sabemos que s1 pecaremos como criaturas tenemos un p oderosísimo Abogado en nuestro SeÍlor Jesucristo que como nuestro medianero con su eterno Padr; le ruega insesantementc por nosotros; (a) y sabe– mos, qne asi como sin merecerlo ha dado principio a la esperanza de nuestra ~alvacion, tcayendonos a su santa fé, la perfoccionar:i, confirmará, y con– s ,ltdará con su misericordiosa gracia en la co11se– c11cion de ella, (b) si nosotros ingratos, rebeldes, y desconocidos no se lo impedimos coa nuestras cul– pas, que son las que le alexan de nosotros , y le obligan á escaseamos sus especiales auxtlios. ~e) Gu:ir– demonos , heunanos mios, en e~te del,cadisimo p1 n– to de la predestinacion, ~ aluci1rnrnos con l<1 inc< n– siderada rcflexion de los poco pi:ido~os , 6 menos advertidos, que atribuyendo a ella toda la c 1u.sal'.– dad de nuestros rectos, ó siniestros procederes, con mari.ifiesto perjnicio de nuema innegable libertad, se persu:idcn, que por rélaxadamente que vivan, se h.. 11 de ~:onvertir, Y salvar aunque no quieran¡ y por el contrario, que iofaltbkrncure han de pen.Jtcrse por . ó , mui santos qt1c sean, ~111 son del m1cncro de las predestinados : ,, :t'vo dig.. s , nos previene a todo• el ,, E~piritu Sa••t ' p0r el Edesia:stico, no dig:is > á e •s de Dios Jo que } o l e de ser; yá tiene de– ;; t rminudo nii bien, ó mal v.iviI ; ao digas tal., por... que