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1 8 sinó el empeño de la diabolica astucia , ayudada de nuestra humana malicia , para desterrar de no- 5otros la importante memoria de nuesuos temibles novisimos, y el necesario t --or de los formidables, y profundos juicios del Sef,or ? Pero rindan osle gracias , porque, á pesar de nu... • depra,·adas ideas, en e,ta parte no se olvida de ponemos á b. -vista oportunos deseng:iiíos , 6 repetidos sucesos , ql.!e con su terror nos exiten á temer, y nos obliguen con su frecuencia i dc>poner nuestra culpable insen– sib1lid..d. Asi lo júzso de la ocasion presente, en la que Dios, por un término raras veces visto, nos ha– ce sentir la muerte de los tres Serenisirnos Infantes, nuestros S...:i'ores, ca•1 en un a ismo tien:po suce– did:1; pocqne yo admiro en ell:t la profundidad de sm j\,icios en pth arles de la vida con una muer– te ac~lerada en lo mas florido de su edad , y al tiempo de su mas robusta salud ; y yo descubro en esto mismo lo terrible de los divinos juicios, por.. que sin respeto á su dibnidad , y sin que lo pu– diese impedir su mérito, los arreb:ita de entre no– sotros , lí•, si..,u\!Q ba•t::u ll• .:, 11\ "'t[dt> fcrvic..:ntes sú– pfü:as , ui SllS :ip1eciubles prenddS , para inclinarlo a 9-ue smp~ndiese su yá irrevocable decréto. ¡ o qu:mtos motivos para que temamos 1 • O t • • 1 quan os a,mos p...ra nuestro escarmiento ! ¡ O quán opoitu~ nos , y poderosos desengaños ! i O inconstancia de los fahces ~ust~s de es~a vida l Habl:l ttí In peria Corte de Espar a , Y d1110s , ; si los ale rC;s v· "" .-, 1V3 con que celebfobas el deseado n:icimicn10 de Dn In fante, sucedido el ~a 2s del pasado mes de Oc~u bie 110 fueron az1varados con la zoiobra eil , . di . . q11 te puso la grave m spos1c1ou , y ev1(\cnte peligr d~