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!abe, si en el punto de su muerte consentma en :ilgun pecado , como lo sabemos de otros , y se habrá para siempre condenado? ¿ Notais este senten– cioso modo de hablar, pues parece respira verdades, y sentencias del Espirim Santo ? Pues cuidad de oir á este mismo en la muerte fatal, arrebatada, y desprevenida de algun pecador, aun el mas perdido, y le oireis , que mudando de estilo , casi nos dá por cierta su eterna salvacion. Dios es mui miseri– cordioso , nos dice ; vino del Cielo á la tierra á b nscar pecadores ; dio su vida por salv3rnos ; no q nicre que ninguno se pierd~; hizo el Cielo para todos; vale infinito su sangre. E ste defunto, aunque parecia malo, tenia sus obras buenas , y es de creer, que en premio de ellas Dios le haya dado en su muerte un verdadero dolor de sus pecados. Muchos hai que nos parecen malos, y para con Dios son mejores que otros tenidos por buenos: de ninguno debe desconfiarse la salvacion de su alma. ¿ Qnién sabe si este que ha vivido como pecador habrá muerto como Santo, y estará en el Cielo, y aquel otro , que vivió como justo, moriria mal , y se ha– brá con<le nado? ¿ Quis novit, dicen con el Eclesiastés, si Spiritus filiorum Adam ascendat surswn , et spiritur ju ;iemorum descendat deorsmn? (a) ¿Quien conoce si el alma de los hijos de Adan , ó de los justos ha ?e subir precis:irnente al Cielo ; y el espíritu de los Jllmenros , ó de los pecadores baxará infaliblemente a. los infiernos? Asi lo explica el gran P. S. Gero– Jlimo. (b) 17 ¿ Qué notais en todo esto, mis amados herm:in~s, C S1- ----- ª llccl , b" c. 3• ~,, 7, S. Hieron. :ip. Alapiuc. ,c.

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