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166 yeron todos , sí solo los predestinados par:i b glo• ria, qu~ tenia Dios entre ellos. Crit!idérimt, q:1ot– q~1ot erant praeotdi¡¡ati. ad vitam aetcma;;1. (a) Asi entiende , y explica el P. S. Agustin lo que d1xo de sn predicacion nuestro Señor Jesucristo á sus ApoHoles , q ue siendo nna niisma p:ira todos, no lo era su inteligencia , ni su fruto; porque est:o á ellos les era concedido , y no a los d ...mas. La doc– triua de J esucristo la oyen , y la observan aqnellos solos, a quienes como predesti.nados se les concede esta gracia , no la cumplen , oiganla , ó dexen de oirla aquellos otros á quienes no se les dá esta gr~– cia. (b) Oyeron predicar al S~ñor, le vieron hacer mil prodigios los yá obcecados Hebreos, y por es– ta su obcecacion l es foé como imposible el com, er– tirse c.on tan repetidos avisos: (e) no huviera s11ce– dido esto á los Tirios, y Sidonios , si huviesrn oi– do al divino Redentor, y visto sus maravillas, pues ciertamente habrian creido en él, porque ni estaban ciegos, ui obuinados como los ot1os, y con to– do, ni á estos l es fÍ rve el poder convertirse , p3ra q11e se h:s conceda esto gr"1cL 1 P,<,1q11e no ernn p1._– tlóti1 ados., ni si lo fueseu los otros les h.1" iria de osrac.ulo su obcecacion para dex:ir de creer, ó de ('onvertir~e; ( ,1) mas el no serlo Lizo se malogra- 5e en ellos tan poderoso auxilio. Ni juzguemos ror esto, que los !i'.prvbos nunca se convierten, o que es seifal cierta de predestinacion d h:ive1se 2 1 gt no convenido. Réprobo füé Saul, y en algtm ti<.>1r:po corrigió tanto su \·ida , que lle,gó ha~tl ser Pro1e- ta: a A<tor, 1 ;.48. b S. A11g1ut. De 1 1 ono l'trHhl ,~p. 1,f• 1111111.,6. e Joilll.1'l-3!,· d S.AugLUt,ul>.s11¡,.num,3S.