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l Ú 3 intrincados de la Srgr:id~ ~cologío, os hable yo de la cansa moral, Y mentona de la predcstiu:.cion; si lo sc 11 , ó dexe de ser el antcc1::dcntc, ó previo conocin,:e-nto de las buenas obras , que c-ieitJmen– te ha de hacer para salvarse el que es p,edestina– do por Dios p:ira la Glori:i. El tratar de esto es ¡n¡_¡S propio para las Catedras en las Aulas, q11e para los Pulpiros, donde se h:ibla con todos, y es cierto, que non onmes capi:mt verbtml istmi : Con to– do, porque huyendo de un escollo no tropezemos en otro; esto es, qlle demos en el C3t1bd1~ de al" ll– ua siniestra intcligc11cia, qmmdo se intema evita;~ el Sil:i de la ignorancia en un asunto tan importante, solo os diié, que no osunte de ser propiedades inseparables de la predestinacion su infal1btlidad, é inmutabilidad, porque ella en sí considerada ni pue– de v..,riarsc, ni c!exar de cumplirse; para no~ot,os, y respeto de nuestro conolimiento es inciert:t , ó dudosa, a no ser que alguno tenga re,·elacion de su seguridad. ¿No haveis oido } a, que wcierta es nuestr:i vocaci0n , y eleclion para la gracia de Ja justific:Jcion ? Pues esta gracia, bien sea la actual con qne somos llan ados, > auxiliados , 6 bien sea b habitt1:)l que nos j11st1tica, y h:ice santos, es co– mo 011 dedo nece~:ui J de la predestinacion a la. ( ,ri:i, porque no puede esta d 1se ~in qlll.! aquella le anteceda. ¿ Vosotros mismos no est is ·\'1endo, gi é d: jos:i es nuestra perseverancia en la ,·i tt.d? Pt1es tambien ella es cfel.~O de fa prcde-tinacion ; y yed aqui Jo que rú5 e\'tdcnt ia su j¡ cert:dun,bre: fa g 1e te1 e s todos de si seremos, ó no Jbm:idos ?1 la grana , y d.:? si perscv1:rnr mos en E-ll • Qualquiera d~ los u onalcs que ,i, e en est do de reprouacio11 .X l. por

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