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159 do Esau con Hgrimas la penitencia , y enmienda de su yerro , no Ja encuentre , (a) ni clamando Antioco al_ Señor con ~ºr:'ª c~ngoxa de su espíri– t u consiglllese de él m1sencord1a: (b) 11 ¡ se les otor• gase a Jas vi~gcnes necias , la que co__n r~pctidas ins– tancias le pedian: (e) y vaya el Senor a los cam– pos en busca de una Samaritana, que ni le cono– ce, ni le e~rera ; se entre ror fas ruertas de un Mateo , sin que él lo lforr.e ; y rnlga al camino a reducir a un Saulo, que 1esrir;; r.do ir as, e~cupien, do amenazas , y ei.ccut.anco m11ettcs se l 1a cmpe– ííado en perseguirle ! ¿ D ecidme si s;..beis , el porqué a los convidados para la gran cera, solan:e1 te los Jlama por medio de un simple aviso sin preci~ar– Jes a qee fuesen , y a los drn:as malos, y bu~nos, ciegos, cojos, pobres , y debilitados no los llama, sinó que Jos precisa á q11e veng::in a $U convite~ Compelle imrúre- (d) ¿ Por qué al hombre que ,·ió sentado en la mesa de aq11ella mi~tcrio~a cena, ó boda mí~tica con vestido no corre•pondiente a ella, s111 darle tierrpo para la enmienda lo condena de~– de Juego c-on un severo castigo; (e) y a la torpe J enl;él le di~in-;u}a sus escandaJos, y le dá tierr po> para que p1,eda si quisiere hacer penitencia de sns c11lpr.is? <f) i Y por qué ulumamente de las dos hi– gu<=ras qt:e refiere el Ev;ingebo, la t,oa es maldi– ta, y repwbada '°ª b primera ocasiou, que bus~ e ndo en ella frutos el Señor no los encuentra, <.g) y a Ja otra de~pues de buscarlos en tres distintos años sin hallarlos , se le espera 1111 aiío mas , y •e n Hcbr. o , 7 • b ,.1\1tchab. 9 , 13 . " l\Jn1h.~,.1.1. ,i l,uc.1 "·ª 3. 4 l\llth.!!11, 13. f ApocJl.~.c,. ¡¡ MJth• .> 1 .i 9. ha-