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154 ~. ¿ Y qué diremos de nuestra vocacion a b Pe• nitenci:i i E sta Penitencia no es otra cosa, que con-– vertimos á Dios de todo corazon , con intenso do. Jor , y firme detestacion de los pecados cometidos, eficaz resolucion de no volver a pecar, igualmente que de satisfacer por los pas~dos, y segura espe– ranza en la divina mi~ericordia, de que h4brá de perdonarno!'. Ella es ..bsolutamente necesaria, a los que despues del Bautismo hemos pecado , para re. cuperar aquella justicia , 6 grncia que con la culpa perrnnal perdi[l1os. Ella es la H,gund::1 tabla que la bondad de D ios nos ha proForcionado a quantos naufragamos en el Occeé 110 de el origmal delito; p ara que si detpues de haverr.os puesto en salvo con el favor de la prirr.cra que es el Bauti!'n o, 2:ozcbramos en el golfo rr as temible de las culpas actuales podamos salir a sdvamento con su auxilio: Y ella es el unico camino para llegar al Cielo, los que se huvieren eAtraviado de el otro , que es la inocencia. Este segundo medio para la jus– tificac,on de el alma , que a todo el que ha erra– do se propone, para todos está franco; y ni11g11no que entre por él dexará de ser jrn:t1ticado. 1 Qt.é misericordia, que benignidad de Dios con nosotros! Pero demos on paso p&ra zcercarnos a la c0nside– racion de sus profundos juicios en esto propio; y llevando sabido corr.o de fé, qne nt.c~tro Sd l r Jesucrhto, aunque viro a redimir a todos, '\ ino par– ticularmente para convertir, y salvar a los pu:a– dores, (a) notemos la diferente condm:ta que ob- ser- ------------------,.....---- e1 1, Timoc. 1. 1 s.:: LuCi, S. 3 2,

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