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1 45 en la descendencia de Ab'.ah au , p.'.l!:t que esta fue– $f su heredad , su pcsesion , Y su escogido Pue~ blo haviendo dcspues de reprobaria para que. ' b. d ' logren los otros el , 1en .e que estos quedan ex- cluidos? (a) ¿Y que, desunandv para cornun padre. de los creyentes a .aquel Santo Patriarca, solo al uno de sus hijos le conceda esta felicidad ; pues no todos sus descendientes son hijos de su espiri– tu, ni su principal herencia ha de ser comun al que tuvo de la Señora su Santa esposa Sara , y al que le nació de la e!clava su concubina Agar? (b) z Es posible no temer a vista de esta grande di.. versidad , y terrible profundidad de los juicios del Seíior ? Entremos , hermanos mios , acerquemo– nos , no a investigar, sí solo á meditar un poco e ste delicadisimo punto , reduciendolo a los dos singulares beneficios, que en la justifii:acion, y salva– cion se nos confieren ; para que de su indubitable incertidumbre aprendamos a temer, y trabajemos con temor , y temblor por fa eterna salud d~ nues.., tras almas ) sin la decidiosa negligeucia con que lo hemos hecho h asta aqui. L La justifi.:acion, substancialmente entendida, es el tránsito que hace el alma del estado de la culpa. al estado de la gracia , quedando informada , y; 53, wicada de esta , libre de aquel, y de su mor – tal gravedad• ( e) A esta felicidad se llega asi p or el Bautismo , como por la Penitencia: ea aquel se nos da lo que nunca antes tuvimos) y con esta ~e recobra lo qne desp11es de aquel haviamos y3 pee.. T di~ ,1 Romno. 9, •o - e• c.1¡•. 1 • ·= er ~t,l>i. lt Rom.9.7.:: et ad Gal.1t.4.,o. e S.tho1n. 1.'l.q. ll3.uc.1.,.el u.