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140 Serenisimo Infante temiese , y se acongoxase en su interior, qnando se viese en aquel trauce; pero me creo tambien, que su Santo Angel, ó su bue– na conciencia le alentarian a que no temiese , con las misteriosas clausulas del iluminado SirácidesJ que aplican , y explican los sagrados Interpretes a favor d E'l varon justificado : No temas el morir; le di– rian hablandole al co.ra2011 : Nolli metuere judiciu,n mortis: Acuerdate de las buenas obras, con que en tu vida p¡,sada has servido a tu Criador ; ten presente lo que te sobrevendrá despues que nn:e– ras, sinó desconfias de sus eternas misericordias, y atiende a que el morir es decreto suyo, y su execucioa en todos infalible : 1)/lemento , quae ame te fuertmt , et quae super'l.·e11titra s1mt tibi , bor jt,– dícium a Dumino omlli car11i. (a) ¡ Qué dulzura, que resignacion , que paz no comunicarian estos sentimientos a su espiritu ! No fué poco lo que estos le sirvieron para disponerse a morir bien. Conocido el inminente :riesgo de su enfermedad, no qlliso retardar darle á su alma el ~aludal,k esfuerzo, y abtintbnte gracia, que en k,s Saptos Sacramentos se le suministra pa~ ra el ultimo combate con nuestro comun enemigo. Tcuia entendido, que aquella ultima lucha es la mas terrible de todas, y que de ella pende, como de la de David con el Gigante, 6 que el alrna quede para siempre escl..-Jva de sarnnaf, si c~te la ve41ce, 6 que lo quede aquel, si füese fü b1l1tado, y desarmado por esta cou su triunfo. r b' No aguar~ lló para ello al ultimo conflicto, se previno mui des~ de ------------------- , ____
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