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13k Infante , como no dL1damos que lo fuese , es mui verosimil quisiese tambien premiarle con una muer– te anticipada , diO'amoslo a~i: Placita enim erat Deo a11ima ilti!ls , pro;ter boc properavit educere iltum de medio i11iquitatmn ; (a) y con darle a gustar en ella los frutos de sns buenas obras. Así me lo hace pensar la rcsignacion , y la bella disposieion, con que nos dicen ha muerto. Sí , he1manos mios, el Señor Infante, que en el tiempo de su arregla– da vida estuvo si.empre atento a la voluntad de Dios, que en su santa ley se nos declara, para fielmen– te observarla, como va ron sensato ; que en la elec– cion de estado , y en el uso de su ijbertad siguió rendidamente aquel norte infalible, representado en el querer de su Augusto Padre; y que en la no esperada muerte de su dilectisima esposa , igual– mente que en la de su querido hijo, aunque pa– sado de doloc su corazon , no se inquietó su áni– mo , no se conturbó su espíritu , ni dexó de ado– rar , y besar la mano, qne con tan recios, y re– petidos golpes le afügia ; viendose acometido de la aguda enfermed,1d , que le conduxo e11 poccs d,as al s1:pulero , no se turba , ni ~e eotristeze. Su gra– vedad no le apura , lo molesto de ella no le en– fada, ni se impacienta con la penalidad de sus re– roedios, y de sus diversos síntomas. Conoce sin alteracion su· riesgo, oye sin inquietud el ultimo fallo de los l\1edicos , y recibe con tranquilid.,d de espiritn el divino irrevocable decreto de rn m ucae. Las ternuras de un Padre , el amor de sus Sere– oisimos hermanos , ni el dolor de separarse de un pe-