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137 porque el amor casto los havia unido tnn estrc- ch.1mcnte e1,tre sí , que con verdad puede d-:t.irs.?., qlle los dos eran un solo cor:izon , y un alma so– la: (a) ¡ Ah! ~eiíorcs, y este matrimonio tan pre– cioso por su 1gualdad , como por su bond:id re– comendable , y digno de mas larga vida ha falta• do de entre nosotros ! ¿ Pero que cosa mas bri– llante que el sol , ni mas grata que su luz ? y con todo le vemos cada dia ocultarse con las som– bras de su ocaso , y sabemos que al fin del mun– do han de ocuparle alg11n tiempo las tinieblas. ¿ Quid lucidius so/e? et bic defi.iet. (b) ¡ O juicios de Dios! ¡que premiando al Señor Infante en esta vida su fidelidad con los bienes mencionados, no le hi– ciese el de conservarle mas largo tiempo, para que con su casta esposa llegase a ver los hijos de sus hijos , siendo esta una de las folicidadcs, con que prospera tal vez a los qne en ese estado le sirven,. segu-11 lo qne en los salmos nos dice, (e) y en Io.s dos Santos Tobias lo vemos conrirmado ! (d) ¡ Terrible rigor el de la muerte! que sin respetar el mérito , sin atender al grado , y sin perdonar 1i alguno, ncaba con todas las gentes, con todas las p rso... s ¡ Y con t;,.J;.s las edades , au 1que sean los mas robustos becerros del L1ba110 , ó el bi~o f<•IZl.du, y mas tiern, 11<·nte a•nad0 d." los Unicor– ,11ios ; C ommi,wct cas 1 ,_1111q!tQl}J 'l.'ituh,,11 Libaui, el d.!ectilS q11e111admodum fiJ,:is Unirorniwn. (e) 2 l\las no, S, ñores, no nos espantemos de esto, porqne s1end0 a,n~do de Dios nuestro Serenísimo S In~ a Acror+ )'l, b lhcli., 7, 3o.=\ ¡Je: AIJpi,ie hic. , Pul.1,7.6. ¡ Tob,14.p,rcot. • P~~,.~a.o, -

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