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't0-4 condoliendose benigna su tompasivo cora-zon de fas agenas miserias, no acertaba a contener la be– neficencia de su generoso espirim para d~xar de socorrerlas. (a) No sabia, ni parece podia negar al necesitado el remedio que éste en su caridad solici– ba, pues no se dió jamas el caso eu que se ex– cusase su misericordia de consolar a uno solo de los muchos que solian pedirle una Jimosna. Daba mas de lo que tenia, y sus rentai no alcanzaban a tanto como su liberalidad , parecrcndose en esto al primer Patriarca de Venecia San Lorenzo Justi– niano , qne no reparaba en quedar empeñado con deudas de resultas de sus limosnas, Ni era nece– sario le pidiesen ., porque Je bastaba ver, 6 enten– der la indigencia de algnno para luego aliviarla, y ¡in poder disimular su compasion, se le demuda– ba el semblante en el mismo punto que la mfra– ba , ó advertia. Siempre que salia de Palacio lle– vaba consigo porciou de monedas de plata , y de oro, erobueltas en papeles , y quando deseubria algun pobre , luego qu~ llegaba cerca le de:xab:i caer una de ellas, la prunera que se le p1·,c5ci:.tab.a, de~ando a la divina providencia , y pidieudo en su interior al Señor , a exemplo de la Beata Lu– dovíca de Alvertonis, que la moneda correspon... diese al tanto de la necesidad de aquel menestero– so, Asi observaba el consejo Evangelico en el mo– do oculto de hacer limosna; asi llenaba, ó cnm– plia la ley Santa de Díos , segun la sei~t~ncia del Aposto!; (b) y asi perfeccionaba su jmt1c1a, con– forme a la doctrina del P. S. Bernardo. (e) Su ca- n- a l'cu!Joubsup.pte.4. b Rom.13.8. e S,6crn,11·d ,tracc.de diligcndo Dco.c~p.6.nttrn,'2s.