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IOI que servia de refeccion ~ su cspiritu ; ( a) valiase para su qnotidiano sustento del pan espiritual de la palabra de Dios, 6 _que procede de sus divi– nos labios para darle vida al hombre, (b) y de– dicandose a la leccion atenta de los libros santos, y devotos , gustaba en ellos la dnlce miel de su sana Ñ1teligencia, que paladeandola despues e-n su devota mente , se saboreaba con los zazonados frutos de s,L propio apw-vechamiento: efectos que· no perciben los que olvidados de la· necesidad de· este pan, se lloran ea la fatal aridéz de un eora– z on d b ip:ido, y corrompido. ( e) Temia a Dios esta Seííora, y po r esto cuidaba de preparar el suyo con la oracion , para 0ir en él la silenciosa voz de la inspiracion divina, y atendia á santifi– car su alma con la, constante religiosa práctica de freqüentes actos virtuosos , hecha• cargo de que asi' como proceden estos de aqnel bello principio, son t :irobien concausa eficiente , y fo.rmal de la ver– d adera santida d. (d) 1 O 111uger insigne, á quien 110 desamparó e u la vida el temo r santo , que Dios infundió a su alma en el bautismo , y que suele– ser iosepatable de fas matronas mas selectas , y re– comendables! T11nor Domini cum fidelibus in vulva concrcatits est , et cum etectís faemi11is gradifllr. (e) 1 lli alma! cuyo rdigiose temor nos da bastan~ te fündamento para creerla bienaventurada; Timen.. tis Domim1m beata est anima ej!-4s. (f) 2.. Este propio temor la u1trodu.x:o , y dirígi6 por ----------------------- • s._'thom.,.q:7;.ar1 1,-ct al,bi. b Deuter.8.,.-M•th. 4.4, ~ T11d'.n •n.in l's.,Im. ªº'.·= Jncognicus in eo.frui. P~•(· d E.:~li.~.10. e Eccl,.1.16. f Eccli.14,17,;::V1deCor• Mi. Alip,dc. bic. a ·-·