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1 • 1 • • .93 Por e contrario os 1mp10s, y pecado- res llo ·:1rá11 su infelicidad, y su ruina, por– que perd ido~¡ temor á Dios no quisit!ron se– guí r lo¡ caminos de la paz; ( 1) esca no puede haverla para ellos, porque su misma impiedad los hace semejantes á la turbulenta inquietud de los mares, quando en una furiosa tempes– tad corren sus encrespadas olas con el mas al– terado movimiento. (2) Que mucho llore so• hre ellos Jesu-Christo, y se lamente de la suerte desastrada, en que vendrán á caer, por no haberse aprovechado en tiempo de los me– dios de paz, con que solicito su reduccion, y su reforma? (3) Que mucho digo quando les– asegura seria su pa~, como un torrente impe• ruoso., que inundaría sus almas de celestiales bienes, y su virtud al modo de las crecientes del mar, si hu viesen atendido á la observancia de sus divinos preceptos? (4) Ah! no lo du – deis porque es senrencia del Espíritu Santo· 1 ' , el que ~pet~ciere ~ozar los bi enaventurados dias de la feliz eternidad busq.ue la p.az en esta vida, -------------- --------. ( r) Contritio , i!/ infadicital in viis eor11111, "'""' pccis non co1- novtr11nt, '!~" <•t ti1t1or Dei antt ocu/os eorum. P,J_lm. 11• 7. e~) lmo 11 .iutcm, qu 3 si m.,re fervcns, guoJ qu1escere non po– t~st :: : n'.m e,c p.1x impiis dicit DJminus [,~. 1 7· 10. (1) Q~ia 51 cog,¡ov1sscs & tu,& q, 1 ¡J •,n i11 hac die cua,'fU~ al pJcem tibi. Luc. •9· •P· (+) Utio m attcnJi<sci, "unJata me : faéb fuiuet si– cut iiumcn pu cu a, & ju1titia tu:t, sicuc gur¡itcs 111aris. lia. 4 11 1 l.