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78 da de sus enemigos, dando a estos 1~ in~s com- plera vitl:oria en las b:1talbs para c~lStigar, y hacer patente á su pueblo b enormidad de su pecado; estos sucesos, y J3 guerra to11 que por ultimo Tito, y Yespas;ano, los derrota· ron en la ruina de Jerus,1lén, lL1cen· mani fies– to, que ella es un azote, con que el Sc(i r nos dexa ver lo que le ofenden nu estras culpas, y 9u~nto irritamos con el las su Justicia; clesdi• chados de nosotros, dire con el Padre San Ge· ronimo 1 9ue por ser tanto lo que hemos eno· jado a Dios con nuestras culp:1s, hemos dc1do lugar, a que se va gJ de la rabiosa b,1rb,1rie de nuestros ent:migos para hacernos sufrir el gol- pe de sus iras. ( 1), . II. i Pero 9ue _expresrnnes bastarán para darnos una cab.11 idea del agregado de desdi– chas, que traben consigo las guerras~ ~i ..:11 /o tem¡ oral bs atendemos aun en el mayor exrremo L1SLimosas, y si en lo espiritual JJs mas lemibles. J. Por ruas que yo os quisiese referir con menudencia los infaustos .-icaelimi ntos de la guerra, nunca os pudiera pt esentar una pi ncu-– ra -----·---- ---_;_.- ( 1) l11f,lices nos, qui tant11"' 1i.,plieun111 D,o_, lit per rnf.i..,,. 1,artaro.-,,,. ,¡¡¡,.~ in nos ir" d""''""' S. B,c:r. cp1n, :i. ad HdrO• dornm d11..a 11.u,

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