BCCSEV000XVIII-c-1369-050000

L ·~ ,r J. as rcpet1t1as amenaza, tlcl Señor en su divina Escritura, y el 1·i.go1• con que ha lle• gádo dtspues a ezccutarlas , no dexan duda., qut! la guerra es uri azote dt la di·vina :Justi• cia, o un instrum~nto, de que su indignaciun se vale para castigarnos. · 1. No pueden leerse sin horror las mu– chas expresiones, con que amenaza a los pe• cadores de su pueblo; les habrJ de castigar sllS culpas con las insufribles incomodidades de la guerra; apenas se hallara Profeta alguno, que 110 les luya intimado con estas propiJs com– minaciones; casi nunca llegaron ellos a sepa-• rarse del ·Serfor, sin que fuesen avisados, que en casrigo de su culpa serÍJn entreg.1dos a sus enemigos, para que estos con el filo de su es• pada vengc1sen aquella injuriJ; esre fue el ul• timo suplicio con que algunJ vez les a,cguro serian exterminados,, quando llegJsen al mJyor extremo de sus delitos. ,, Si fuere t,lnt,1 vues- "'' tra dureza, les decía su Magesrad en el Le– " vitico, que despues de repetidos castigos ,, por la tenacidad en ofenderme .aun os ha.. ,, gais desentendidos de la dura corr~ccion, ,, que os doi en eJlos, yo os hare frente con ,, tuda la severíd.1d de mi furor, desnudare " Ja espada de mi justicia, y os entregare en ,, IJS •

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz