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68 dalos:is separaciones;' i que son ·, r sino u.trá..s tantas ocasiones proximas que a pasos largos r os 1'levan á la eterna perdicion?. La cas'a del juego, el amigo que- perv.ierte, los paséos oca· sionados, la diversion peligrosa, y el u:-ige provocativo ¿ no son la causa mas ·comun de vuestra ruina, y de la relaxacion del pueblo; la que no quitandose es en vano pedir a Dios <]Ue nos perdone~ Las Confesiones. mal he– chas, las Cornuniones sacrílegas, los distur- _bios en la familia, las quimeras sangrientas, los juramentos f~lsos, los escandalos de la· vecindad , y el dispendio de la hacienda con otros mil males de~ta especie, ¿ que son sino fu nescas consecuencias, o efeél:os lamentábles de una temeridad, de una p~sion mal domada, o de una deprabacion la mas temible 1 z..Y que-.. reis ser oidos de Di'os, o alcanzar misericor– dia no poniendo remedio a tantos daños?¡ Ah! que siempre ha sido, y sera aborrecible para el Seiíor la impiedad, y el que )a comete. ~. Entre todas sus especies ning rna ina-– yor que el abuso de la Gracia: sus dafios son los mas sensibles, y las mas dolorosas sus re~ sultas. Si usasemos bien de ella, se aiíadiria gracia sobre nuestr.1s cabezas, seria nuestra Oracion bien despachada, y tendriainos á Dios sicm·