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17 1 si lo supliquemos, y man'da como tan piado– so que lo reconozcamos para agradecerlo co– mo un gracioso beneficio de Ja divina libera– lidad. i Dudais de su justificacion ea lo que or– dena? ¿ No conoceis hasta donde 1lega nuestra ohligacion en este caso 1 (Os parece menos ne– cesario nuestro rendimiento a 1a mente, y vo– luntad de nuestro Soberano~ Pues oidme, que yo os hare presente algunas de las much:is ra– zones que a ello nos precisan, y no menos el modo de satisfacer nuestra deuda en las dos panes que contiene el Real Decreto, por las dos causas rnotiv;¡s que lo impulsan. Yo quiero demostrards los poderosos motivos que al Reí nu c3tro Señor, a este d¡stinguido Gremio, T a todos nos asisten p,ua estas laudables expre• siones de nuestro jubilo, de nuestra grarirud, y de nuestras solicitudes, y par~ ello dividien.. do en dos partes mi Serruon, a consecuencia de lo que expres_a? y supone el tema que he proouesto, os d1re: ' Los motivos, y el modo de agradecer a Dios el beneficio que nos ha dispensado en el nJciinienco de los SeíÍorcs Infantes. Primel'a Parte. . Los motivos, y el modo de darle las d1;• bid:is grJcÍJs por la paz 1 que ya gozamos. Se- gµnd,1 Pane. C ~

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