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,r nemos: nos manifiesta lo nada de nuestras fa.. cultades sin su auxilio, y nos pone de bulto el amor que nos tiene, y la bondad con que nos favorece. No ha sido por nuestra eleccion, ni menos ha estado en nuestro arbitrio el naci– miento de los dos preciosos Gemelos nuestros Señores: suceso que en las personas Reales ca– rece de exemplar en nuestra Monarquía; como tampoco podemos por nuescra humana indus• tria precavernos de los infortunios de la guer– ra: nosotros carecerirnJOs de uno, y otro bien, si ;¡quel qut: con solo tres dedos de su Omni- potente mano sustenta todo el Orbe, y con su sabia providencia lo govierna, no hu viera dis– puesto, como primera causa siempre libre e.n la produccion de sus efeélos, qu~ en el preciso conjunto de las presentes circunstancias se hu– viese asi verificado. No de otra suerte dcbemoS, filosofar sobre la conrinuacion deseas dos feli– cidades : su logro s_e~a ne~esariamente un gra– cioso efeéto de la d1vrna liberalidad;. pero co– rno este no excluye totalmente algun merito. d~ nuestra parte, sera justo que ya con la ac• c1,on de gracias, ya con la súplica. dev~ta, y ya con el arreglo de nuestras vidas rnchnemos al Señor, o nos hagamos bcnemeritos de Jo que tauto hemos apetecido, y con tan singn- Jar