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1~ ya come sti pan sin sobresalto 'el pobre Solda-.. do el triste Marinero que mas de una vez se vi6 en el riesgo manifiesto de perder la vid ,1 en la ocasion mi sma de tornar un bocado para SU&· tentarla, nos vemos en la p_recision de estimar– la, y con no inferior motivo de ag radecer!~. Cantemos, pues, devo~as aL1banzas al Seííor, y demosle repetidas gracias por el consuelo que en ello nos ha dado. J un cernos nuestras voces 0 las de Mc1ri.1 hermana de Moisés , que asoci,\– da de tocbs las mugcrcs de 2quel pueblo favo– recido repetía fervorosa el misterioso Cantico que acabava de ~ir a su Santo_ hermano, qtlan– do se h aliaron libres de la ruma que en la bata. )la, o repentino asalto de Faraón les amena.. zaba. (,) Celebremos con festivos moderados jubilas la tranquilidad que ya gozamos, al mo. do que los vecinos de Bethulia la que consi– guieron por medio de J udith, unamos a los suyos, y a los de aquella Santa MJtrona nucs. tros votos, sacrificios, y rdigiosos obsequios (1) en demostra_ci~n de nuestro gozo, y d; nuestro reconocm11ento. Si no hai b~en alguno que nos venga del Ciclo por pequeno que parezca que no exija de no ,