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. 103 evidenciarnos su mise'ricot:dia , que a ningu– no niega el remedio por perdido que parezca, ó para hacernos ver hasta donde llega la hor– rible obscioacion de los hipocritas, o porque no nos quedase duda, de que fa perdicion -de estos infe lices parece inevirable. No obstante, lo mas comunera 1lamarlos hijos de Satanás, y fieles imitadores de su diabolico Padre: ( 1) afíadi enJ.o a esta dura expresion, las de sus repetidas maldiciones en seííal de su eterna reprobacion; (2) es.te es el merito del hypo• crita , que atropellando con la ley santa de Dios, pone todo el ser de su virtud en una mera-aparit!ncia de bondad, o en uaa ridicula tal vez supersticiosa observancia de vanas ce· 1·emonias, ó tradicion ~s humanas. (3) Por eso ni pueden tener paz con Dios, ni el desa– mor á la voluntad que d~be conservar sin error su entendimicnro, 11:s dá lugar á no sentir s.us males. Ah hipocritas libertinos que socolor de bí:n ocasionais tanto mal! quai será en la eternidad vu stra suene quando en ella, como por ultimo suplicio 'se darJ á los pec.:tdores iJ pena, qu~ á vosotros? (4) Amad pues la ley de Dios.., y sus verdades, se- -------------------------- ---- ( r) Jom. 8. 44. (,) :MJth. !!), • v. 13. (¡) 1\1..tll, •>· a V, 3• (1-) M¡tb, 24-. p ,