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_ IO~ ros en el descanso de ' su gToria , y que vués.. tra incredulidad os pone imposible la entra- da. ( 1) 1 Ni pensemos, si u.e, la hi pocresia le es al Señor menos denigrativa, ó menos- perjudicial a nosotros ; ella es una mentira praél:ica la mas perniciosa, un descrediro de l;i virtud el roas escandaloso, y un desprecio de Dios el mas exec'rab1e : podd no serle aborrecible'? Quál de los pecado'res encontró en Jesu– Christo igual di~plicencia en su tr:lto, oyo d su boca reprehensiones mas acres, ni fue tra, tado jamás can semejante aspereza ? Ya los compara con ]as raposas aborrecibles por su astucia, (2) yá con los sepulcros blanqueados-– por defuera, pero llenos !)Or dentro -de toda inmundicia, y corrupcion_; (3) y yá descu– briendo les su da1íada incencion , y sus feisi~ mos pecados, á presencia de todos hace mani• fiesta su monstruosa iniquidad, para que sean a los demás aborrecibles, y su nombre el rn:1s odioso. (4) Es verd,1<l, que al mayor de todos ellos, el depravado Jud;1s le lubló alguna vez, uombrandolo su amigu; pero esto fue, o para eVl• .....-.-- ________ ..__. ______ ( 1) Quil,"s ant<m j 111•twi..t 11on i11t1•~i1•t in ru)',iem ipsius, ni,¡ illis, ?"• t11crc.i,difu~rwa : ;¡ei>r;tor. q. 18, (<2) Luc. 13. 31, (3) id.ah . <.13. 07. (4) lbiJ, ~ v. '3•