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99 ae ser la bondad de nuestra vida para tener p.1z con Dios. , i nosotros fueremos halbdos en la vid.1, y en la muerte, que nuestro pro-. ceder ha sido a medida del corazon de Dios, o segun su vol untad santisima, como David; (1) si por servirle, y agradarle no rep:ira– mos en exponernos a los peligros, ni nos en– tibian las mayores dificultades, como los tres sold:.1d~ de aquel Rev, (:2) y por ultimo, si a egemplo de Jesu-Christo nuestro Redentor, procur~n:ios siempre hacer lo que sabemos es de su d1vmo agrado; (3) su paz conservad en irnestros corazones la virtud, nos comunica– ra con ella su reino , que todo es justicia, paz, y jubilo en el Espirítu-Santo ; (4) y nos hara abundar en toda obra buena, para que uniendo a ella la rcél:icud de nuestro cora• zon , pueda mejor comunicarnos los bienes de sus divinas bendiciones. (5·) No seri asi, si como Faraon resisrímos a su voluntad , si re.. hos:imos el conformarnos con ella como el Profeta Jonas, o si al modo de aqu~l hijo hi– pocrita' que engaño a Sll Padre, dexamos de umplirla, aun despues de haverselo prome• tido. --------------------- (1) Ac!l A¡oH. 13. 'l"-• (•) 'l. R.•g 'l3, 16, (,) Juln- 8. ~ , (+) s.{ n n. 14. 17. (S) a.. Cori1.t 9. 8.
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