BCCSEV000XVIII-c-1369-010000
6 Insaciables Ri~os del siglo ved 1a parte que cupo á este hijo de Adán-ele la codicia de los ojos , uno de los resortes sobre que decia San Juan ( 1) está montada la maquina de el mundo , concupiscentia oculornm : si en vosotros ella es una sed implacable de poseer quanto mirais en vues– tros proximo3 ; en Francisco no es otra cosa que apetecer .anciosamente la pobreza de los demás. Esta ansia lo arrebata , como que lo saca de sí, y hace que quando habl:i de esta virtud pror– rumpa , como si hablase con algun personage, en unas expr(siones , quales diría á su Idolo el aman– te mas ciego : mi Esposa la pobreza , di ce ha– blando seriamente , mi Seíiora la pobreza , mi ama la pobreza : soberano entusiasmo que no pue• den comprehender las almas tibias. Pero cuyo valor , cuyos fondos , ceooce et Dios que lo animab1 : aquel Señor por cuyo amor quiere Francisco sufrir lo5 rigores de la escaséz: digo mas , por cuyo amor , animosamente confia que los riesgos , los peligros de la indigencia , le, xos de perjudicar a su alm:i , formarán su coro– na. Si Señores el estado de una absoluta necesidad es sumamente expuesto , muchas veces á aquellos Hombres Santos , decia San Ambrosio (~) que no postró el temor de la muerte , los venció el hor– roroso semblante de la pobreza , sepe frangit S anéíos inopit.e dcformitas , quos mortia formidrJ non ------~:-·~---------- (1) Jo1m. Epist. c-p. z. v. 16. (2) In Psal, 118, a1t versi, posue,;unt pecratore, 1a~tmJm mibi,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz