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(23) ¡O:qué buena ocasion! ¡O qué oportuua co- yuntura, para que llamando ahora aqui 4 los Ca» pitanes , que escrivieron sus Nombres en Bron- ces , y Marmoles , les preguntase. asi: ¿De qué os sirvió , Temibles Heróes , difundir el horrór, la desolacionpor toda latierra ? ¿De qué os apro- vechó arruinar Ciudades , saquear Provincias, traftornar Imperios ;: lenár de Exercitos los Cam- pos Enemigos, teñir de sangre humana los Rios caudalosos; hafta hacer temblar ante vueftra cara los mas altos Montes , y poner en mudo silencio á la Tierra¿z(15) ¿De qué os sirvió dominar á tantos Principes- , si quedafteis cautivos del mas iniquo Rey ? A qué .os gloriais de haver aso- lado imperios , sino supifteis domellar vueftros vicios , si quedafteis sugetos á vosotros mismos? ¡Há ! qué cada Viétoria , que ganabais, era á la verdad una Cadena , que'os ligaba el cuello; era un grillete, que os aprisionaba ! Véd vueftra miseria : conoced vueítra desgracia: llamad , de- cid con el P. $5. Bernardo : Infelix Viltoria , qua superans bominem y sucumbis vitio. (16) ¡O infe- lices. nueftrás Vi/torias ., pues.al paso , Que nos elevavan sobre-los otros. , nos rendian baxo nués- tros vicios | Véd, les diria Yo : aprended de efte Soldado. el mejor.modo de pelear , y rendir ál mas formidable Enemigo: Mirad 4 un hombre Ei Ty = (15) ¿1.Machab, Cap.t” v,3. 2 _(16) S.Bernard., tom.4. ex fort. ad Milites, cap. 5

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