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e A tenia sobre aquel Sacerdote fiel , que pro- metió suscitarse conforme A los designios de su: Corazon , y 4 las idéas de:su Divino Espiritu. Este es propriamente el asunto, de que he venido a hablaros ésta mañana ; y desde luego supongo, que la asistencia de mi Señor San Josef por una parte, y la Circunstancia del Nombre de Jesus (cuya memoria celebra la Iglesía Ste dia) por otra, serian unas circunstancias , con» las quales se hallaria embarazado el discurso, si. ellas no se univocaran entre sí con" tan precioso enlaze , que no podré hablar del nombre de Jesus, sin Tomnotar las funciones del Sacerdocio , ni tampoco podré decifrar la augusta Dignidad del- Sacerdote, sin traer a la memoria los altos envpleos de la Dig- nidad sublime de. Josef. ¿Por qué, en quanto á lo primero, ¿por qué os parece , que se le intimó 2 este Pa- triarca Santo, que 4 el Verbo adorable lo pusiese el Nombre de Jesus, sino porque este mismo Verbo havia de ser el Salvador de. su Pueblo? Vocabis nomen ejus Jesum, ¡pse enim salvum faciet populum sum, dá peccalisibbrum ; que es decir: pondreis por Nombre