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(28 de dulcisima ternura 5 peró si por: otra parte consideramos el peso de nuestro ter» rible cargo , ¡Ó gran Dios! ¡y qué senti lentos debercinos concebir de temor, y de cuidado! Si, Señor Misacantano , por vuestra Dignidad sois encomendado de las mismas comisiones , que Josef, pues.se os ha encargado la honra de Jesu Christo: por vuestra Dignidad sois constituido Atlan- te para sostener sobre esos hombros el peso de todo el Mundo: todo el Orbe, dice el Sabio , que estaba dibuxado en clara. Sacerdotal , que pendia de los hombros del Sacerdote Aarón: (27) y esto, ¿qué otra cosa puede significar, sino es, que quitdo os is esa Casulla tencis 4 vuestro cargo de Mundo? ¡O que 2 tan grande! ¡O qué peso tan terrible! ¡O qué obligacion tan estrecha! Acordaos, pues, en vuestros Sacrificios, que sois medianero de Dios, y los hombres; asi lo reconoce sia , quando declara en los Sagra- 10 que los Sacerdotes se orde- uirir con sus- pea la be-

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