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(17) sion del Concilio de “Prento., dexó. el Se- ñor por Vicarios suyos, y tambien. por Pa- dres , y Juezes del Mundo, con potestad para perdonar pecados. (12) ¡O qué Dig- nidad tan poderosa! ¡O qué potestad tan sublime! Exclama lleno de admiracion San Pedro Damiano. (13) Perdona el Sacer- dote los pecados, y lo que él perdona, lo dá por perdonado el Omnipotente. El Sa» cerdote en qualidad de Juez juzga en el Sa- grado Tribunal de la Penitencia, y el mis- mo Dios confirma su juicio, y su senten- cla; en suma, él tiene en' sa mano la ma- no del Altisimo: ¡O Dignidad verdadera= mente incomparable! Porque ¿quién vió algun Monarca delegar a sus Ministros potestad tanta, que ellos pudiesen absolver de todos los delitos de Lesa Magestad? ¿Que pudiesen perdonar los criminales excesos, por mas enormes, que ellos fuesen, y de- mas á mas declarar á los ofensores del So- berano por hijos adoptivos, y herederos del Reyno del mismo Rey ofendido? Pues es 7 2 : Í As E AN _ (12) Conc.Trid. ses. 14. (13) Div. Petr. Damian, Serm.27.. * A A