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44 Exh~,.t.tri,,i • p,ímcro: Q~ quien¿;, d fervor ·del efpi– rírn, n<> e~ príncípalmcntc b 1'vfedicac10n, fn J d mífino Dios, c:ieguí.::a no cabe, que 11ie·,uc :i.l 1.!í,sion:uío elle fervor, quan- o fe r rí vi lfü!chas vezes del fofsíc;o de la }.leditac:on , por fcrvír a fo Magefl:::d , Y ..1.ytt,.brle en lo qm: tant <> defea, qne c.s el bien de hs alm.,s. Y lo otro: Porque en fu mifino E.•er– cício de la Míl;ion (:1.~lema d e que tam iE le tiene con d l)uebio Yl1 nto de:: .MetEca– cic-n todcs los días) tÍcPe foero. de elfo el J\1itsíonarío cada in'b. :1.te rn.uch~:'i: .i.mo , moti ,-os, para enardc cr fe en afeaos fan.– tos , lJUe es el fin de la n, edíco.cion ( como diun los 1-faefl:ros del d;;úirn) no b :Me– dic;,cíon míiina; ya, vi n¿o venir a Vll re– 'Lacor, he~h0 vn mar de bgrím:is, que lo haze al Mífsiono.do llor;ir cambien , y re– prehernfrrfe Ítt dureza : y .i topando en el 3olfo del ltglo vn dpírirn de gr:ind cs qui– lates, r.:foJncÍonc,, y paíinoCts lnzes , & c. con lo qu;d fe confunde, y humilla el Mif– íionario, averconzado de no tener el otro Lrnto, fiendo 1;;'ayor fiz oblígacíou; ya, re– conociendo !o 11111~h:>, 9i1e en qno.cro dí.as lun aprove h:do lus mi unos difcipulos (,– vertidos, que ayer eran perdidos pecad<_:– res; por lo ql1.1.l, avergonzado, ,rrocur:i~ ii- c¡mera.