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tÍ !A Mi,(sio.,,C,tp ;. 4.; Pues veafe,qne r::tM ocíofo tiene el MiJ~iu- 1 ario,y fe vera, que nin~uno; pon1ue con– tinuamente lo eíl:an bukando , y J. p.'. l.ra la confol~a,_yá para el enfermo, qne no qui - . re Lonte11ai.: con otro, ya para hazcr vnas amiíl:a e~,& c. y {i le queda al<TLm poquíll de lugar, fe lo qt¡Íta el dl:udío, p:ira prc:di– car cafi todos los día , y el ver Mor:d, p,ua. las particulares dificultades , qn.: por ínf– tantes concurren en fu Confefsío n1río , y en prevenir, las que pueden ocurrir, y el re(ponder cambien por cfcríto a otras con– foltas: de fonn1, que jamas tíer.é el I\1íl~· o– nario tiempo,y muchas vezes, ni :wn par:.i tm.arfe. 'Pues,~e.ido eíl:o afsi,como han de ce11er en dícho Mitsíonario cab'da los ví– ci"os de la. OLÍ lidad? Luego precílamcnt fe h de ver líb.re de: ellos,con que m:.1~ íu i':tl- acion affegure. Tercia deúma. Parecerl omra to– d:i.s las rawnes de congrnencí.:is d;._has , el que rclpeél:o, que el MífüonarÍQ fo halla f1empre ocupa.diisímo con !:is depcndenc;as de fn MiEíon, por conli¡;níente l1.1 _d e fal– tar muchas vezes ~ la or,1cíon , y a otros cxercicíos fancos de la Comunidad, de que [e le íiga vna gran díil:raccíon; la qual no dize congruencia para la falvacíon,íino an– tes para le contrario. A que refpondo ~o pn-