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á la Mifj,'or,,Cap. 2-: 2 s denaban, porqne no les qucri.1 predicar. El Jurz eno ¡J.do en tonces, mando qu L: corcatfen la leng ua, pu 1o qne no quería vGr de ella p.1t.1 glori.t de fü M.1gdhd. El buen Predi ador e!hba cem.blan.Jo , con gr.mdes anúas, y congoja de mn ne , íil! hall,1,, que rcfponder ; pei:o ar ·o¡an<lofe coa gran dolor , y b;_;rimas a los pies de Chrtll:o Señor nuclho, le pi dio [ erdon de 1a rcfoludon,que tomara, y di~ p::i.labra de no nc_;::i.r e a de fagrncl.o emplcn Apoíl:oli– co,lo C]Lle le queda.lle de v1da. Oyo el Jua. fas bgi:ímas, \e perdono fn yerro, y~¡ bol– -vit..· d1::\ cxtaús, y continuo en ad~lanc¡;, coa mis fervor, c¡iu haib. a!lí , fo predit::i~'.on. Apofl:olíc.i, con muy cree.idos frutos de fti nlm.a, y de ].is á.e fos proxÍI:10s. V cafe en cfre cafo,lo qne íientcDíos, d qne los Predicadores ( que pueden , y tíe1v~n prend.:s para ello) no fe ocupen en la ÍancaMiGion. : y fi can cfhecha cuenta fe le como J efre Venerable Predicador C1- puchino, porque fe retLro de la Míf,io!l, cqn la fama íntencion de d,ufc: codo ii. h oracfon , y peni::encía ; q11.1l ícr b que fe le tom:ir:i al Predicador ,1 deo, pues l no h:izerl.1 , y predicar al alm:i. , no cs. por lo miftno, fino por crozar de vida deka.n– fada , qL1ando p.or ÍL~ ofici.o foe iníl:icu:d.G pbrere