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;umdo vti!i[sim11 CAi.11TVLO U. DE LA PRACTICA DE LA MISSION, en las Cíudadi:-. §. 1, 1JE LA l'VJJLTCACJON DE LA híifiion, fi1 P, rdic,1civn,y Procc¡J1on .ie Pnitcnc111. E N la conformidad dich:\ en el Capím– tulo antecedente, nos ponabamos, en. hazcr fa Mílsíon de los Lugares. I>cro, en las Ciudades ( li eran muy grandes) :nmqne obfervabamos lo 1RÍ/ii10 , en much!ls cofa; vnriaba1nos. Porque , lo primero , eres no– ches antes de comenzar, a predicar los Ser– mones, faliamos con Procefsiones de faet.u por todas las calles, cada noche po¡; diíl:í11to par:ijc; Y cad::i. noche e..:habamos m:s Pbti– cas, en ellas , publíc:indo b MiG,ion, y ci– tando la hora., el día, y b l2lefi.a, donde fe avía de comenz:ir. Par::i. que de ell::. fuerte, quando fe comenzaíle, eU:uvielfe ya avifa– da la Ciudad , de ello, y no fe malo"rafün l?s. pri rneros Serm~ncs , po.r falta de iu no• t1c1a. Co•