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:!'4 MetoJo vtili(rimo que a nofotros venían. Y t;unbien, fi de(de el pr incipio conocíamos, que d penitente era fogeto de eipecial defen 5 año ( que lue– go fe trasluz.u) y 9-ue avía hecho conft:fsion gener:11, folo a elle le prezunrabamos, dan– dole coda confianza , íi tení.t algun ahogo en Íu conciencia de alguna culpa dexacfa en la confeGion, q tle lo díxeíie; y fi dez.ia, q no,de p~efl:o lo qefp:i.chabamos, d;Lndole al– gunos faludables confe¡os ~Ípírícuales , fin. - meternos en m:i.s preguntas. En las qu:i.les nos alarg:ibamos mas, o menos, fegun, que vdamos, iba fudando la conciencia. el.el pe- 11itente. Y afsi ·en eíl:o no avía regla gene– ral. En fin, acabada la-c.onkfsion de nuef– tro penitente, en que íbamos, le dezíamos: Hijo, de todo, lo que aquí 1ne has dicho,te acufas, y de todo lo de1n:ts,qne has ofendi– do a Dios; y cambien, de que no venííl:e có incencíun, de confelfarlo codo , fi yo no te huviera ayud:i.do; y juntamente, de aque- 11as dos, o tres me11cir;lias , que d.ix: ífl:e al princip;o con Li. lofocacion de la verguen za? Y 110 le hur :ib,i:n_.s mJ.sj porque c;1 ;n inftante Ju 1-0, ·.1.1 echa, ,1 perder todo con alguna menrir.i fi.1...,,l:mcí.11 comr,i la LOn– fel ;íou.. 1ías le deziamos: Y.1, lo <.1ue me , has confdlado, no es mrndl..:r, bol ver l con-