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~11ra l,1 Mifi!Bil,~ap. 1 .§ .4: .9; p"-ta acabar, de fac¿r:. !alvo a nuc/1:ro pe– nitente , era , difsimul.lt nuefrra pcn:i. inte– rior, y dclpues, de defert!!_aiíarle im fo ig– norancia¡ por la cuncÍencÍJ. enunea, con q a1i.1. vivido toda fu vida, le examinabamos umbicn de los facrilegios, deCde los och0 e.ñlls, haíl:,1 los diez , que no eíl:.tlxm ajLLf– tados, y de lo qt;i: eu todo eífe tiet.;poavia pecado. ·, •• De efl:os foíl:os a los principios nos fucedieron muchos;y cemiendonos dcfpues de femej:mtcs accidentes ( que fon muy or– di111rios) refolvimos,que en hallando J al– bnn.o, que defde los quinze añds , ,J por a'i cerca , efl:.tba call:111:fo pecados por ver– guenza , deÍ<le luego l.: h:1zí.1mos vna con– fefsion de toda la vída, entrando en ella los pecados mal, y bien confelfados. Con lo qnal , aunque falíe!lc defpues el penitente: con otro pecado callado de qu.md_? níii.o,no teni,imos mas, que ajulhrlc los facrilcgios de aqud tiempo qtre avía añadido. Peco,fi algnn penitente eibba. calLmdo f<?lo qni• • tro,o feis úios.~ no mas, folo de elfos le ha– zfamos h confetsion ~ y no nos cmb.:iraza– bamos en m.as , por tener tiempo, para con~ fob.r .l otros. y cílc motivo JlOS obligaba, 1 no Ce, muy fa(iles, en admitir otras ;nu- ch.ts confcfsíoncs ncncralcs, fin nccdsídaJ, ::, . (¡IIC