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:¡2 M(tad11 vtilt{!i1110 i:a dcfcie inañana, haíl:a que nos vamos. N~ es p~cifo confeíl:i.rfe ccn nofotros, y a[s1 foplíco, qnc todos defde luego fe vayan dc!pach:indo, porque tenemos muchos Lu– gares , que hazer de Mílsion, y no podemos detenernos mucho aqni. Y nunca les dezfa– mos, lo que avíamos de efbr en aquel Lu– oar, porque, filo fobia.u, todo era d.ilatai: his confeGí-ones, y no fe queda ní11g1mo confcffar con otros Confrfiores; y á lo vi– timo er:l'Ímpoísible, hazerlas 11ofocros to– das, y no todos neceísican de nofocros para tlfo;antes effos íuden c(\:oi:vat, a los que de nofocros necefsican. Y, profiguíendo, dezfa : ' Todos los días (mientras efruvieremos aqní) nos ren– dran v!ledes toda fa mañana en el Confef- • fionarío. Lo que · acoftmnbramos,es , con– feH:i.r alternacívamentc.E!l:o es,vn hóbre,y luego vna mnger;par:1 que nadie fe quexe. A las quatro de h carde bol veremos , los q no han de predicar effe d.ia, a lo me{mo. Si bien los días de fieíl-a no confdfamos mngcres, ni los que aísííl:en en·el Pueblo, fi.110 a la gente del campo , y oficiales ( lo qrial fe repetía todas las vifperas deFieíl:a.) V na hora, antes de anochecer, fe cocar~ ~ la Mifsíon ; y tres qnartos de hora , antes de las Ave: Marías , falímos con el Rofario por