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Libro 17 Capitulo 111. 305 CAPITULO III DE SV-OBEDIENCIA SERAFICA: 22 Obre la piedra de la paciencia , que exercitó el sic Y. Padre,fienta primorolamente la de fu Evá- cucramas in pros gelica obediencia; porque como dixo el Apoftol, efcrivien= poíito nobis ost doálos Hebreos, por la tolerancia le correcon felicidad , Y mine ; re [picientes fe conigus el lauro en el cercamen propuelto, mirando (iem- ad e dulcem, $ precomoa blanco, y norte feguro , a Jesvs, que fue el Ca- 5% pp pitan, y confumador de nueltra Fe, el qual, aviendofe pro- eo fibi gandio per- puslto yn gozo eterno, le facrificó por la obediencia ¿pade- culic Crucemo 44 decerla yuerte ignominiofa de Cruz;y afsi como en Chrilto Hebr. cap.as Ja paciencia, y fufcimizato fueron medio para cumplir exac- tamente la obligacion que avia hecho á lu Eterno Padre de obedecer, haíta el afpero fuplicio, no de otra fuerte fe portá la obediencia del fiervo de Dios, logrando, á expenías de lu tolerancia , coronaríe de los laureles gloriofos de perfecto obediente. Sobreeíta piedra, pues, de la obediencia, como Sagrada Ara , facrificó con el cuhillo del vovo Religiofo las libertades del alvedrio , fujerandole al didtamen , ¿imperio -. ageno, obligandoíe ano contravenir¿él, aunque fueftea co!ta de muchas peníiones de padecer, como en varias 0ca- fiones le lucedió. 23 Hallavale oprimido dela gota, tan hinchados los pies, que apenas podia amoveclos, quando recibió vn orden, en que le deziaíu Reverendiísimo Padre General , que le E A hazer Mifsion a tres Obifpados del Reyno de Na- varra;y luego, findilacion, trató de ponerfe encamino.Tu- vo noticia de eta novedad el Hlultrifsimo feñor , y gran Ger- vo de Dios Don Diego Ros y Medrano, Obifpo de Orenfe, y le procuro diffuadic de la jornada , diziendo, no fer dable con tan gravolos , € impeditivos achaques, que ponian gri- llosálos palos, el emprehender viages para nuevas cóquib- tas;aquerelpondió , que el orden, que avia recibido, aun- queno venia con la forimalidad de precepto ; fino fólo con la licencia, no conocia razon para elcufaríe de obedecerla; e ( por fervir á los Reyes de la tierra hazen los hom- res muchas temeridades , no era juíto faltale quien las hi- ¿jeík por elfervicio del Rey de los Cielos. 4 Bien

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