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E Jesucristo, y les urge á que vivan no ya para si mismos, si solo para él que la abrazó gustoso con el fin de enseñarlos y salvarlos. ¡Oh poder graude y maravilloso de la cruz y de la caridad de Cristo! REFLEXION. Si bien lo reflexionamos, ninguna cosa puede estimularnos tanto á formar de los trabajos y de las mortificaciones el alto aprecio que se merecen, como el ver al Hijo de Dios que habiéndosele pro- puesto el gozo con que pudo redimirnos, eligió la cruz, y la prefirió para este efecto en su corazon, Ya no puede seruos dura la tribulacion, en vista de que el Eterno humanado Verbo la busca para padecerla, y lo propone á sus amigos, como signo de su amor, y prueba de su correspondencia. No, no es posible que por otro medio le agra- demos, ni que de otra suerte merezcamos sus especiales favores, ni consigamos sus premios. FRUTO. e Sea este el que nos aconseja S. Pablo de salir del reciuto y bullicio de nuestras pasiones, Jle-

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