BCCSEV000XVIII-c--SE-0100p9d0

«18 mi libertador, mi auxilio, mi protector y mi es- peranza? ¿Cómo dejaré de confesar que sois mi Dios, cuando conozco que de mí ni de mis cosas para nada necesitas? ¡Oh alma mia! alaba y ben- dice incesantemente á tu Señor, porque en me- dio de tus iniquidades no ha dejado. de favore- certe, porque te ha sanado de todas tus enfer- medades, y porque ha redimido tu vida de la muerte y coronádote con sus misericordias. Medítese esto un rato, y dígase luego la oraciou Ad- mirable Jesus mio, fólio 18, y concluida se leerá la si- guiente ORACION PARA ESTE DIA. Fortisimo é inmortal rey de los siglos, Jesus mio amabilisimo, á cuyo poder, amor y fortaleza debemos los mortales nuestra salud y remedio, por- que abrazándoos gustosos con esa pesada cruz, y despues muriendo) en ella, fuísteis hecho: por vues= tro eterno Padre nuestra justicia; santificacion, y redencion; inclinad piadoso los oidos de vuestra clemencia á los clamores de nuestras pobres al- mas, con que desde el profundo de nuestras mi- serias os suplicamos nos concedais el perdon de nuestras culpas con una verdadera penitencia de

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz